-Antes-
Elizabeth
Tomé mi bolso y salí de casa para dirigirme al instituto. Hoy, día viernes 23 de julio. Otro jodido día más en un instituto de mierda, el prestigioso instituto Grewell situado al norte de Georgia.
Subí a mi querido BMW, y lo puse en marcha. Sí, tengo
dinero, pero no soy de las típicas niñas pijas y engreídas del instituto.
Soy atípica, soy rebelde, bastante y mis padres lo saben
muy bien, puede que en el instituto no lo demuestre demasiado, tal vez no me
involucre en peleas con frecuencias como otros chicas, pero si insisten en
molestarme, bueno, no es buena idea.
Y bueno tengo 19 años, algo mayor para vivir con sus
padres dirán, pero que puedo hacer, no podré salir de esa pocilga hasta que
termine el instituto.
Mis calificaciones son lo suficientemente altas como para
mantenerme con un sobresaliente en la lista de honor.
Como puedo hacer todo esto a la vez, simplemente tengo lo
que se conoce como doble personalidad, en el instituto, no puedo ser yo misma,
mis padres se disgustarían si lo hago y no quiero más problemas de los que
tengo en casa.
Mi padre sufre de un grado bastante fuerte de alcoholismo
además de que tiene dependencia por el tabaco; no es de los padres que le
prestan mucha atención a la familia, lo cual es estresante la mayoría de las
veces.
Mi madre, bueno ella es solo un ama de casa, pero el
estrés que genera mi padre no la ayuda mucho, ocasionando que ella no nos
preste atención.
O más bien, que no me preste atención a mí, como siempre,
me culpa a mí de todo, según ella yo soy el ejemplo que mi hermano debe seguir,
según mis padres debo de manifestar ser el ejemplo de la hija perfecta, que la
sociedad me considere así.
Mi madre se ahoga en su ego mientras recibe elogios de
las personas por tenerme como hija, de verdad, eso me da ganas de reírme en la
cara de esas personas y echarles en cara quien soy de verdad.
Varias veces he tenido la tentación de desobedecer a mis
padres y que todo mundo se entere de ese error que se enteren de que debajo de
esa fachada de los padres y la familia perfecta no existe más que mierda, pura
mierda.
Confieso que varias veces he sentido la necesidad de
terminar con mi vida, de dejar que todos se jodan y que dejen de joderme.
He tenido la tentación de saber que se siente tener una
vida feliz, una vida tranquila, de permanecer en paz. Pero me es imposible, y más con el cargo que llevo encima, gracias a mis antepasados.
Llegué al instituto y pude observar a todas esas
falsas-sé que soy la persona menos indicada para ponerles ese adjetivo a las
personas-con tus costosos atuendos y bolsas de marca pavoneándose a la entrada
del instituto, cada una del brazo de sus respectivos novios.
Y claro, las principales, Sophie y Lia, un par de
chismosas y entrometidas chicas, que se creen ser dios en persona. Se creen el dueñas del instituto cuando no dan nada más
que lastima, o por lo menos eso me ocasionan. Debo admitir, por mucho que me cueste, que hubo un tiempo
en el que Sophie y yo fuimos amigas, pero toda esa amistad terminó al comienzo
de la secundaría.
La rivalidad que su madre, la señora Laura inculcó en
ella fue llenándola, hasta el punto de votar los años de amistad al bote de la
basura.
Claro, también se encuentran Natalie y Nidia, esas dos
chicas no han hecho más que joderme la vida, son parecidas a Sophie y Lia,
digamos que son casi iguales, la única cosa que las diferencia es que la
Natalie y Nidia cuentan con un poco menos de egocentrismo y ellas si se empeñan
el joderme.
Mientras que Sophie y Lia pueden pasarme de largo, aunque
claro, los secretos que alguna vez le confié a Sophie quedaron esparcidos por
toda la secundaria y creo que también siguen circulando aún en esta etapa del
instituto.
Mi única amiga hoy en día es Sarah, no es mi mejor amiga,
no sabe todo de mí, la cantidad de traiciones que he sufrido me ha hecho
desconfiar demasiado de las personas.
Sarah sabe algunas cosas, solo algunas y la verdad, creo que con el paso del tiempo he
estado perdiéndola, ya casi no pasamos tanto tiempo juntas, nuestras
conversaciones ya no duran tanto tiempo como antes, y bueno, la he visto varias
veces junto a Sophie, lo cual me aterra un poco.
Baje de mi automóvil, di unos cuantos pasos antes de que
un cuerpo me impidiera el paso, choqué con su torso haciéndome contonearme
hacia atrás, pero unos fornidos brazos provenientes de eso cuerpo detuvieron mi
estrepitosa caída.
Dirigí mi mirada al rostro de aquella persona y me
encontré a Mike, mi novio con una enorme sonrisa-de esas que aparecen en los
comerciales de televisión, específicamente en las pastas dentales-plantada en
su rostro.
-Hola-me dijo. Su voz me resulta jodidamente masculina,
es en un tono grave y con leve misterio destilando de ella. Perfecta.
-Hola-dije poniéndome de puntillas para poder plantarle
un pequeño beso en sus labios en señal de saludo matutino.
-¿Cómo te fue ayer?-me pregunta, su voz tiene un toque de
preocupación, claro, si yo fuera mi novio estaría igual de preocupada o tal vez
más, por suerte no lo soy.
-Bien, solo un pequeño regaño-digo obviamente mintiendo,
por suerte Mike pareció no notarlo.
Veamos, ayer Mike y yo salimos del instituto, saltándonos
las primeas 3 de las 8 horas de clases hábiles del instituto, salimos trucando
a los guardias de seguridad del instituto muy fácilmente, solo un poco de
dinero y listo, puertas abiertas.
Nos subimos directamente al auto de Mike y partimos justo
al bosque que se encuentra a unos pocos 2.5 kilómetros del instituto. Resulta
que Mike tenía planeado un día de campo para celebrar nuestros 13 meses juntos,
lastima que el plan no salió como estaba planeado y se nos fue de las manos.
Uno de los guardias ignoró el pago de Mike y lo tomó como
una total falta de respeto y soborno, nos acusó con la directora, llamarón a
nuestros padres y esperaron a que volviéramos.
Se nos hizo tarde en el bosque y terminamos saltando 4
horas, al llegar al instituto, no nos esperaba una buena bienvenida. Nuestros
padres esperándonos en la dirección, rogando por que nos brindaran la expulsión
que ameritaba nuestra huida.
Tuvimos suerte ya que era nuestra primera infracción
grave y la directora nos brindó una segunda oportunidad, y creo que la última.
Por lo que al llegar a casa, además de la llamada de
atención brindada por mis padres, me prohibieron el celular, la laptop, las
visitas, las salidas y bueno gracias a dios no me quitaron el auto, por lo que
literalmente estoy mintiendo cuando digo que no me fue tan mal, ya que me fue
peor que mal. Lo unico que considero bueno es que no me quitaron mi citrina, que es un "amuleto" que me ayuda a, como decirlo, ser yo.
-Que bien-dijo Mike disolviendo mis recuerdos, un punto
para el sumándole a su lista.
-Y, ¿cómo te fue a ti?-le pregunté efusivamente más de la
intriga que quería demostrar, lo que consideré algo, raro.
-Pues verdaderamente a mis padres se les resbala todo lo
que haga y le importan una mierda mis problemas, bien lo sabes tú-soltó según
el queriendo demostrar su indiferencia hacia ese tema aunque notoriamente se le
notaba sufrido por la situación que pasaba su familia.
Desearía que a mis padres también les resultaran
indiferentes mis problemas y que no intentaran buscar el más mínimo defecto
para echármelo en cara.
Pero desgraciadamente no es así, desgraciadamente mi vida
en un completo desastre y sé que no puedo contarle mi verdadera historia a
Mike, él es todo lo que tengo ahora, y estoy segura de que si le cuento toda la
verdad me dejaría, puedo apostar por ello.
Mi amistad con Sarah se está yendo al caño aunque ella no
sabe nada de mi vida, según ella tengo una vida jodidamente angelical, lo cual
me da nauseas.
Los estudiantes del instituto Grewell no son muy
amigables que se diga, más bien la palabra que les queda como anillo al dedo y
los describe perfectamente es egocéntricos, se idolatran a ellos mismos como si
fueran los mismísimos reyes del universo o el presidente de los Estados Unidos
de América, cuando no son más que unos simples serás humanos.
Pasamos por los casilleros, sacó los libros de mis 2
primeras horas de clases, y acomodo mi cabello-desastrosamente rizado y
castaño-de una manera en la que el frizz no sea tan notorios.
Gracias
al cielo coloqué un espejo ahí antes.
Me despido de Mike, y me dirijo a mi primera clase
Historia. Mientras camino por el pasillo puedo sentir el aire tenso y una
mirada fija en mi espalda. Volteo paro no veo nada entre el lío de alumnos.
Verdaderamente me asusta. Ignoro cómo me siento y
continuo mi caminata; el timbre suena, molesto como siempre aturdiéndome y
colocando un dolor agobiante en mi cabeza.
El pasillo se ha vaciado en menos de lo que esperaba, 10
segundos bastaron para que no se observara nadie y el pasillo se notara
desierto. Apresuré mi paso, además de que no quiero llegar tarde a
clase el aire tenso me abruma. Aún siento la mirada de alguien sobre mi cuerpo
podría asegurar que me siguen y asechan, pero claro, el pasillo no guarda ni un
alma más aparte de la mía.
El tiempo se me hace eterno mientras llego al aula 304
designada para historia, mis pies parecen atascarse en el suelo cuando estoy a
solo unos pasos de poder tomar el pomo de la puerta.
Escucho unas voces masculinas en el pasillo de al lado,
son unas voces profundas y graves, aún más que la voz de Mike y estas voces,
estas desprenden un toque de sensualidad. A estas se une una voz femenina, no
logro reconocer ninguna de las 3 voces que se me están permitiendo escuchar.
Ahora, la luz filtrada por las ventanas, sumada a las luz
de las lámparas y focos del pasillo me permite ver las sombras, los hombres
parecen altos y de contextura física musculosa, uno un poco más gordo que el
otro, en cambio la mujer es mucho más menuda que los hombres, incluso, es aún
más delgada que yo, su contextura es parecida-según la vista que me
proporcionan las sombras-a la de Cara Delevingne o a la de Barbará Palvin, es
decir, muy delgada.
Veo que las sombras se acercan por lo que me apresuro a
abrir la puerta del aula de historia, mi mano tiembla, las voces parecen frías
y tenebrosas y mi cuerpo parece percibir perfectamente el efecto de las voces
sobre él.
Al abrir la puerta puedo notar el aula completamente
vacía y sin rastro de haber tenido una vida dentro de ella.
-No te molestes en fruncir tu ceño, te saldrán arrugas-me
dice una voz a mis espaldas, por lo que mi agudo oído puede distinguir es una
de las voces del pasillo.
-¿Sabes que ha pasado?-pregunto aún sin darme la vuelta,
debo admitir que la voz me resulta tenebrosa, pero tenebrosamente cautivante y
sensual.
-La profesora no ha venido, han brindado hora libre-me
informa, por dios su voz, tiene el poder de envolverte con tan solo mencionar
una letra.
-¿Cómo sabes eso?-pregunto dándome la vuelta para
enfrentar cara a cara a esa persona.
Me topo con tu torso ancho portador de una camisa negra
con cuello V y unos brazos que poseen unos bíceps muy bien desarrollados.
Subo la mirada y me encuentro con un cuello portador de
un bonito collar blanco.
Sigo subiendo y veo unos labios rosas y bien formados,
tentación, hacen nacer la tentación de besarlos.
Una nariz larga y respingona, unos pómulos marcados y
unos hermosos y brillantes ojos color avellana.
Creo que nota mi mirada acosadora perdida en él, por lo
que las comisuras de sus labios se levantan dejando a la vista una coqueta y
hermosa sonrisa.
-La directora lo ha informado-me responde, puedo asegurar
que le hace gracia encontrarme cautivada por su belleza, pero que mujer en sus
cinco sentidos dejaría pasar de ser percibido a semejante hombre.
Si, puede que tenga novio y que lo ame, pero no estoy
ciega y se reconocer cuando alguien el guapo.
-Oh-respondo, y mi respuesta parece más un suspiro
brotando de mis labios, lo cual me avergüenza y hace que me sonroje.
-Te ves linda sonrojada-me dice el hermoso desconocido.
Puedo sentir como mis pómulos se colorean de un rojo
intenso arrastrando a todo mis rostro junto con ellos.
-Amm…¿gracias?-digo insegura, qué más puedo decir, este
desconocido me pone nerviosa, demasiado para mi gusto.
-Por cierto, soy Zayn, Zayn Malik-dice el brindándome su
mano, unas palmas grandes y unos dedos largos la forman.
-Elizabeth Johnson-digo tomando su mano y dándole un leve
apretón, puedo sentir mi mano temblorosa y aseguro que el también.
-Un gusto-dice sonriente.
-Igualmente-digo nerviosa, él no suelta mi mano y puedo
sentir como si en cualquier momento mi mano desprendería una laguna de sudor
provocada por el nervosismo y pensándolo bien suena jodidamente asqueroso, por
lo que retiro mi mano rápidamente.
Sonrío incómodamente mientras el silencio se hace
presente entre los dos, él mantiene una mirada burlona y una sonrisa coqueta,
mientras yo me encuentro terriblemente sonrojada y con la cabeza gacha.
Son los efectos que el desconocido de nombre Zayn provoca
en mí, lo que me sorprende es que ni siquiera Mike provoca ese efecto en mi.
Mike con dificultad consigue hacerme sonrojar, y cuando
lo logra, el sonrojo no es muy notorio, Mike no consigue ponerme nerviosa con
el simple hecho de hablar o mirarme, mientras Zayn si lo hace.
Pero Mike es Mike, mi Mike, mi novio, mientras Zayn es un
desconocido que me llama la atención, me hace sonrojar y me pone nerviosa.
En tal lío se ha metido mi mente. Mi cuerpo no se resiste
a los encantos de Zayn, es literalmente imposible.
Levanto mi rostro y lo giro a la izquierda, localizo una
figura femenina caminando hacia mí, es Sarah.
Al llegar a nosotros le sonríe a Zayn como si ya se
conocieran, lo que me resulta extraño, se voltea hacia mí y me tiende un
pequeño papel, después de asegurarse de que lo tomé, da media vuelta y se va.
Ni un “hola” o algún otro intercambio de palabras, así es
mi relación con Sarah ahora, la misma rutina.
Abro el papel delicadamente, consciente de la mirada fija
de Zayn sobre mí lo cual me dificulta desdoblar el pequeño trozo cuadrado ya
que mis manos tiemblan.
Cuando por fin logro desdoblarlo, mis ojos van
directamente al mensaje garabateado con la singular pluma color rosa de Sarah:
“Fiesta
en mi casa hoy a las 10:30 pm. No faltes. Habrá chicos y no me importa si ya
tienes a Mike, tienes que asistir y olvidarte de todo”
Miré con inseguridad en papel, por inercia miré a Zayn
quien me sonreía.
-Y, ¿qué dice?-me preguntó demasiado curioso para mi
gusto.
-Toma-dije tendiéndole el pequeño trozo de papel.
Demasiada
confianza Elizabeth, demasiada-me repetía mi cabeza.
Mientras la lee, puedo ver una sonrisa en sus labios.
-¿Tu novio?-me pregunta alzando su ceja derecha
constantemente.
-¿Qué?-pregunto mirando sus labios.
-Mike, ¿tu novio cierto?-me pregunta de nuevo.
-Ah, Mike, si, mi novio-digo, pero no tengo idea de lo
que sueltan mis labios, estoy perdida en Zayn.
Mal
Elizabeth, muy mal-me recrimina mi mente.
-Por lo visto él no está invitado-me dice burlonamente-Y
yo sí lo estoy.
-A Sarah no le cae bien, pero seguro que Mike se presenta-respondo sincera-Y ¿como que irás? ¿quién te ha invitado?
-Conozco a Sarah desde hace años, ella me ha invitado-me
responde burlonamente.
-Genial-respondo secamente, debo admitir que la idea de
que el ya conociera a Sarah me daba algo de celos.
-¿Irás?-me pregunta.
-No lo sé-digo titubeante, estoy brindado demasiada
información a una persona que acabo de conocer.
-Te recogeré a las 10:00 pm, así que espero que estés
lista a esa hora, no me gusta esperar-me dice y se da media vuelta para irse.
-¡Espera!-digo poniendo una mano en su hombro haciendo que
se detenga.
-¿Si?-me pregunta.
-En caso de que me decida por ir, ¿cómo sabrás dónde
vivo?-pregunto intentado sonar burlona.
-Contactos cariño, tengo bastantes contactos- me responde
zafándose de mi agarre y comenzando a caminar.
Me deja parada a mitad del pasillo absorta en mis
pensamientos, escucho el timbre anunciando en cambio de hora y me dirijo a
Biología, mi siguiente clase, esta vez junto a Mike.
Entré al salón 312 correspondiente a biología, Mike ya
estaba en su puesto y tenía una hermosa sonrisa en su rostro, lo extraño es que
el puesto a su lado no se encontraba esperando por mí, no estaba vacío, en el se
encontraba Sophie bromeando amistosamente con Mike lo cual hizo que los
conocidos celos saltaran en mi interior, me dirigía directamente hacia ellos
para sacar a Sophie de mi asiento cuando siento que una mano me toma por mi
codo derecho.
Volteo y me encuentro con nada más y nada menos que Zayn
quien me observa preocupado pero a la misma vez burlón, se está riendo de mi?
Intento zafarme de su agarre para me es imposible, volteo
a ver a Mike, él está demasiado cerca de Sophie, Joder! Esa chica es una maldita zorra.
-No valen la pena-me dice Zayn tratando de convencerme.
-Está con mi novio y en mi jodido puesto-digo, vale me
estoy cabreando mucho, respiro intentando relajarme.
-¿Qué te importa más que esté con tu novio o que te haya
dejado sin puesto?-me pregunta Zayn.
Vaya!
Poniendo las cosas así creo que en realidad no estoy
molesta por Mike si no por mi puesto, pero debería ser al revés, no?
No tengo tiempo de contestar a Zayn ya que el profesor
Morroños entra al aula ordenando a todos tomar asiento.
-Ven-me dice Zayn y me jala del codo hasta la parte
trasera del aula, el último escritorio junto a la ventana.
-Pido la ventana-digo rápidamente y sonriendo.
-Toda tuya-me dice Zayn tragándose una carcajada.
Tomo asiento y Zayn a un lado mío, el profesor comienza
la clase y bueno debo admitir que mi atención no estaba en el profesor
específicamente.
Toda mi atención estaba en la mano de Zayn, en como
trazaba las notas sobre el liso papel de la libreta de apuntes, en su letra,
era redonda y su ortografía era perfecta.
Dios!
¿Qué
acaso todo él tiene que ser perfecto?
Zayn se inclinó un poco a la derecha, rozando su
musculoso brazo contra el mío. Sentí escalofríos recorres mi espina dorsal,
pero estas no eran por miedo, al contrario, me eran placenteros.
Sentí una respiración en mi oído izquierdo justamente el
que quedaba hacia Zayn, tomé un mechón de cabello e intenté cubrir mi oído,
pero la respiración sigue ahí.
Giré mi cabeza y me encontré a Zayn demasiado cerca de
mí, con tan solo estirarme unos centímetros podría besarlo y debería alejar
esos pensamientos de mi cabeza pues la tentación es demasiado grande.
-¿Qué ocurre?-me pregunta, una pregunta algo tonta ya que
ni yo misma se que ocurre.
-¿Por qué tengo ganas de besarte?-le pregunto.
¡Oh
no!
No pude haber preguntado eso, demasiado directo para mi
gusto. Pero hay algo que me llama a él, además de que mi citrina arde en mi cuello.
-¿En verdad quieres hacerlo?-me pregunta mientras una
sonrisa egocéntrica se planta en su rostro.
¡Genial!
Su egocentrismo ha arruinado el momento, pero, qué
momento?. Nunca debí haber dicho tal cosa, aunque bien, no me arrepiento.
-Quería, ya no-respondo con toda la sinceridad del mundo.
Que su sonrisa egocéntrica arruinó el momento, bueno que
más se podía esperar, el hecho de que sea obsesivamente guapo no le quita el
hecho que sea estudiante de Grewell y aquí todos los estudiantes desprenden
egocentrismo, es algo que llevan en las venas.
Siempre ha sido así y siempre lo será, no por uno dejan
de serlo todos y Zayn Malik no es ni tampoco será la excepción.
-No te veo muy segura de tu respuesta-me dice mientras
otra de sus lindas sonrisas se planta en su rostro.
Joder
Zayn!
-Tenía ganas de hacerlo, pero cualquiera puede cambiar de
opinión, ¿o no?-respondo.
El lanza un bufido restándole importancia al asunto y
dirige su mirada a la clase.
Volteo instantemente al lugar de Mike y el me está
mirando mientras su ceño está gravemente fruncido su mirada refleja confusión,
más no veo nada más en sus ojos. A su lado está Sophie con una maldita sonrisa
en sus labios llenos de botox.
¡Zorra!-grita
mi subconsciente.
Le lanzo a Mike una sonrisa-lo cual me hace sentir
malditamente hipócrita ya que estoy muy confundida en este momento-y me
enderezo en mi asiento intentando prestar atención a la clase.