- Antes-
Subí a la habitación y al entrar a ella, recordé el por
qué de mi temor a la obscuridad. La habitación lucía completamente
escalofriante. No se registraba mucha luz, lo cual es extraño. Busque por toda
la pared, la toquetee toda hasta encontrar el bendito interruptor. Cuando al
fin conseguí encender la luz, lancé un suspiro de alivio. Me senté en la amplia
cama e intenté relajarme un poco.
No pasó mucho tiempo, pero logré escuchar unos pasos
acercándose a la habitación, después, la puerta se abrió dando paso a él, a
Zayn. Y, por más enojada y decepcionada que estuviera, no pude, evitar verlo de
nuevo. Mi mirada parecía un escáner, registrando cada parte de su cuerpo, de su
rostro, hasta el más escondido detalle.
Zayn se acercó a paso lento, me miró, sonrió y me indicó
que me parara. Lo hice.
- Hola, linda- dijo mientras me tomaba la mano y me daba
un fuerte tirón haciendo chocar nuestros cuerpos.
Mi cara de confusión debió ser bastante notoria ya que
Zayn preguntó que sucedía, el no reírme en su cara me resultó muy difícil debo
decir.
- Zayn, tienes novia- le dije separándome de él.
- Eso no te importó hace unas horas- dijo el muy cínico.
- Era porque hace unas horas no sabía que la tenías-
dije.
- Vamos, ella no tiene por qué enterarse- dijo intentando
acercarse a mí de nuevo.
- ¡Existen tres tipos de basura, Zayn Malik!- dije
histérica- ¡La orgánica, la inorgánica y tú!
- Pero a ti, como a toda perra, te gusta revolcarte en la
basura- dijo sonriendo, lo que le propino una buena bofetada de mi parte.
Su cara de sorpresa fue completamente épica, aunque creo
que a nadie le gustaría ver cómo se tornó después. Parecía un maldito asesino,
en ese momento creí que él iba a matarme.
- Chiquita- dijo él tomándome por las muñecas.
- ¿Me dices a mí o te las estás mirando?- pregunté
burlona, consiguiendo que el agarre se apretara aún más.
- No estoy para juegos de niña pija- dijo acercándose.
- ¿Crees acaso que yo sí?- pregunté.
- ¡Joder!- exclamó.
Me lanzó a la cama con tanta brusquedad que puedo jurar
que escuché mi espalda tronar. Se subió sobre mí y me sujetó ambas muñecas con
una mano, mientras que con su otra mano libre, me dio una bofetada.
Apretó el agarre de mis manos y fundió su boca con la mía,
fue un beso salvaje, mordisqueaba mis labios cada vez que tenía oportunidad,
podía sentir el sabor metálico en mi boca. Su mano libre comenzó a bajar por mi
cuello y siguió bajando hasta acunar mis pechos, apretaba y moldeaba
bruscamente, sentía cómo si en cualquier momento arrancaría un trozo de mi piel.
Su mano siguió bajando y levantó la falda del vestido,
subió y, movió mis bragas. Mezcló sus dedos en mi interior y apretó mi clítoris,
tocaba bruscamente, introdujo, sin sensibilidad alguna tres dedos en mi
feminidad. Grité, no de placer, dolía, dolía mucho. Mientras me penetraba con
sus dedos, bajó su boca por mi cuello. Paró.
¡Gracias
a Dios!
Aunque, mi alivio no duró mucho, de un tirón rasgó mi vestido
junto con mis bragas y, se desnudó.
Lo que pasó después es lo más doloroso, repugnante y
humillante que me ha sucedido en la vida, él, Zayn Malik, me violó.
(…)
No puedo creerlo, ¿por qué me tiene que suceder todo esto
a mí? Es jodidamente aterrador. En este momento estoy en la bañera, intentado
eliminar todo rastro de Zayn Malik de mí, es humillante.
¿Qué mierda hice yo para merecer semejante tortura? Zayn
Malik es la persona más repugnante del mundo. Mis ojos comenzaron a moverse
alrededor del cuarto de baño, nada aquí, nada allá, ¡perfecto!
Me estiré y salí de la bañera, me dirigí al pequeño
lavamanos y lo tomé, era un trozo de metal, un poco oxidado pero, serviría de
algo. Lo observé por largos y los que parecieron eternos segundos. No era la
primera vez que intentaría hacer esto, pero si, era una de las veces en las que
más razón tenía para intentarlo.
Lo acerqué a mi brazo, a mi muñeca derecha, lo pasé a lo
ancho de esta, el metal dejó una marca blanca, lo que significaba que tenía
filo, bien. Lo acerqué de nuevo, solo que esta vez un poco más arriba, dónde
unas hileras largas y azules conocidas como venas se notaban en mi piel.
Coloqué aquel trozo sobre ellas, apreté, mi piel se notaba hundida en este
momento, apreté más y, moví el metal. Dejó una profunda cortadura. Lancé un chillido
de dolor y el metal cayó de mis manos, solo atiné a escuchar el estruendo que
hizo al caer y chocar contra las baldosas. Después del metal, lo que cayó fue
mi cuerpo.
La sangre no paraba de salir de la herida, no paraba. ¡Joder!
¿Qué mierda he hecho? Comencé a sentir mareos, los objetos a mi alrededor
comenzaron a tornarse borrosos y entonces, cuando mi vista se tornaba negra,
escuché como alguien abría la puerta.
- ¡Oh, mierda!- gritaba.
(…)
Mis ojos no daban paso a lo que veían, ella yacía en el
suelo con un charco de sangre alrededor de su muñeca. ¿Qué ha hecho? ¿Qué he
hecho? Corrí hacia dónde ella estaba y me dejé caer a su lado. La tomé en mis
brazos, su rostro estaba más pálido de lo normal y su piel cada vez se tornaba
más fría al tacto. Al tomarla e intentar levantarla, su cabeza se movió hacia
atrás llevándose todo el peso con ella y haciéndonos a Elizabeth y a mí
regresar al suelo.
Lágrimas comenzaron a correr por mi rostro, estoy asustado
maldita sea. La desesperación comenzó a llenarme, no tengo idea de que se hace
en estos casos.
- ¡Ayuda! ¡Ayuda!- comencé a gritar, histérico.
Pasos se comenzaron a escuchar por las escaleras y la
cara de sorpresa de John fue épica, aunque, no es momento de burlas. Corrió a
mi lado, su rostro mostraba preocupación. Como si de una pluma se tratara tomó
a Elizabeth del suelo y la levantó, me sentí celoso en ese momento, ella era
mía.
Stella caminó hacia mí y me ayudó a levantarme.
- Tranquilo- me susurró.
Pero me era imposible permanecer tranquilo cuando
Elizabeth estaba en peligro. Ella no puede morir, simplemente no puede. Si ella
muere, una parte de mi muera también, o tal vez, yo muero junto con ella.
Mensaje
secreto: “Has despertado en mi una parte que conocía o que al menos no esperaba
volver a ver.”