domingo, 8 de septiembre de 2013

Prohibited- Capitulo 10

-Antes-


Elizabeth: 

Todos hacemos cosas de las que luego nos arrepentimos. Y, este es uno de mis más grandes errores. ¿En qué cabeza cabe acostarse con tu maldito secuestrador? Claro, en la mía. Y es que, estaba completamente cegada, no tenía idea de lo que hacía, no tenía idea de lo que él podía provocar en mí, esas malditas sensaciones, ese rápido palpitar de mi corazón y todo esa adrenalina subiendo por mis venas.

Abro mis ojos temerosamente, mi vista está nublada pero, poco a poco se fija en el techo. Una vez que mis ojos tienen un punto de enfoque, volteo. No hay nadie a mi lado. Lanzo un suspiro creo que de alivio, aunque, no me hubiera molestado si Zayn siguiera aquí, bueno, más bien me hubiera asustado.

Pero, se sintió tan malditamente bien, tan único, se sintió tan correcto. Y, sé que puede serlo todo menos correcto, pero, no puedes decidir que sentir. Y ahora, estoy más confusa que antes, porque, aunque sé que esto no debe ser no puedo evitar sentir este manojo de nervios. Y es que, ¡maldita sea! Esto es demasiado.

Me siento en la cama y envuelvo mi cuerpo con la fina y tersa sábana que me cubre. Está fría, tan agradablemente fría que hace que mis vellos se ericen. Mi mirada busca y ¡Bingo! Encontré la puerta de baño. Me levanto de la cama y me dirijo directamente ahí.

Entro y, observo la construcción. Una enorme tina reposa en la esquina derecha, es de mármol blanco y, sus llaves son doradas al igual que las patas que la sostienen. Es un cuarto de baño hermoso, las decoraciones son minúsculas pero, hermosas.

Me dirijo hasta la tina y abro las delicadas llaves, regulo el agua que se depositará en esta, a los lados, se encuentras algunas sales de baño junto con el jabón y una esponja blanca. Quito la sábana de mi cuerpo, dejándola caer, ahora, estoy desnuda. Sumerjo primeramente mi pie derecho, dejando que el agua llene mis sentidos, lo sigue mi pie izquierdo y ya estoy dentro; me siento en la tina y dejo que el agua me relaje.

Tomo la esponja, la mojo y repito el proceso con la barra de jabón, froto el jabón contra la esponja haciendo espuma, dejo la barra de lado y, comienzo a enjabonar mi cuerpo. Comienzo por mi cuello, deslizando la esponja lentamente por toda la extensión de este, sigo bajando por mis pechos, siguiendo su forma, dejando que la espuma los llene, bajo por mi vientre y, la estructura rasposa de la esponja me hace cosquillas, rio. Comienzo a enjabonar mis piernas, lentamente, arriba y abajo, doy paso a mis pies, lavo entre los dedos. Una vez que mi cuerpo está completamente limpio, dejo que el agua de la tina salga y, cambio de lugar.

Salgo con cuidado y me dirijo a la regadera de al lado, ahora, lavaré mi cabello. Entro con cuidado y repito el proceso anterior con el agua, la regulo. Tomo entre mis manos el frasco de shampoo que reposa en una repisa de mármol, lo abro y vierto un poco de su contenido en mis manos. Un líquido rosa pálido y frío se desliza. El color me hace recordar el vestido que llevaba puesto la noche del secuestro, me estremezco. Coloco el shampoo en mi cabello y masajeo suavemente, creando una espesa espuma. Hago peinados locos con mi cabello, lo enredo y muevo de un lado a otro, cuando creo que es suficiente, enjuago.

Dejo que la lluvia artificial corra por mi cuerpo mientras me doy la libertad de pensar. ¿Qué estará sucediendo ahora? ¿Me buscan?

Salgo de mis pensamientos por el sonido de la puerta de la que creo es mi habitación cerrarse. Cierro las llaves. Tomo la toalla y la envuelvo alrededor de mi cuerpo. Salgo del cuarto de baño, temblorosa. Miro a ambos lados antes de salir completamente, no localizo a nadie, solo localizo un bonito vestido rojo en mi cama, a los pies de esta están unos altísimos zapatos de tacón negros. Me acerco y, logro ver unas cuantas joyas sobre el bien doblado vestido, y también, a la derecha está un conjunto de ropa interior negra, con encaje. La tomo y observo, ¡Santo Dios! Las bragas son ¡Transparentes! Observo el sostén y es, adivinen que, normal.

No me queda otra opción que calzarme la ropa así, como está. Cuando estoy por calzarme el vestido, una note cae de este, me agacho y la tomo.

“Alístate linda, que te presentaré al resto”

La nota no tiene remitente, pero, supongo que es de Zayn. Involuntariamente una sonrisa se posa en mis labios.







Mensaje Secreto: “El cosquilleo, son millones de abejas creando su panal de miel dentro de ti, si una te pica, debo informarte, estás enamorada”. 

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