-Antes-
Zayn:
Prácticamente
he llegado a casa volando, me han bastado solo unos cuantos segundos para estar
en ella. Pienso confesarlo todo absolutamente. Entro y mi amatista arde, se
prende como fuego en mi piel. Sigilosamente, me adentro en la oscura sala de
estar. Estoy por avanzar cuando siento un brazo en mi cuello, me inmoviliza.
Intento liberarme pero, una pieza de ópalo me quema la garganta, grito de
dolor.
Tomo el
brazo de mi agresor y, lo retuerzo; lo que hace que este me suelte. Llevo mis
manos a mi cuello intentando calmar el ardor producido por la pieza de ópalo.
Volteo mi rostro encontrándome con una cara desgraciadamente familiar, Trevor.
- Nos
volvemos a ver mi querido Malik-
Giro
mis ojos poniéndolos en blanco. Es la visita menos grata que he tenido e días,
la de él tanto como la de Ennis, aunque hasta ahora, Trevor llega las de ganar.
Me es repugnante tener frente a mí a este hijo de puta.
- ¿Qué
mierda quieres?- pregunto frunciendo el ceño.
- Vengo
a proteger a los míos- me responde.
Mi cara
se torna llena de confusión imposible de ocultar y, Trevor parece darse cuenta,
claro, como no dejar de ser percibido el hecho de que Zayn Malik por primera
vez no sabe de qué jodida mierda se está hablando.
- A
Elizabeth-
Y una
jodida mierda con este tío, ¿quién mierda se cree? De nuevo, responde mi
preguntas antes de que siquiera pueda formularla.
- Soy
un Citrin, Zayn-dice Trevor- Al igual que Elizabeth.
¡Y una
mierda!
-¿Y eso
a mí que jodida mierda me importa?- digo.
- Según
lo dicta le ley, Elizabeth y yo debemos estar juntos, somos Citrines
descendientes, es nuestro destino.- dice el muy jodido con una expresión seria.
¡Puta
madre! Mira nada más.
- Pues
esté de puta madre tu jodida historia- Digo cínico- Pero me vale una mierda las
jodidas leyes o el jodido destino, tú de mi chica te alejas.
Antes
de que pueda reaccionar, un trozo de ópalo golpea contra mi amatista y rebota
en mi cuello, quemando. Mi amatista cae al suelo, llevándose algo de mi fuerza
con ella.
-
Entiende esta mierda Zayn- dice el hijo de puta- Ella para ti, está prohibida debes saberlo.
- Y tu
jodido hijo de puta-digo- Debes saber que esa chica es malditamente mía y tú me
importas una mierda.
Siento
como la sangre comienza a bombear con una increíble aceleración en mis venas,
las cuales, comienzan a sobresalir de mis brazos, parpadeo y, noto la expresión
en el idiota-seguro mis ojos ya se tornaron de su color morado- está asustado.
Río
internamente.
Empujo
al tío lejos haciendo que su cuerpo rebote contra la pared. Su cuerpo cae en un
fuerte estruendo contra el suelo.
- Mi
chica- digo fuerte mientras tomo mi amatista del suelo, la coloco de nuevo en
mi cuello y me acerco a él.
Trevor
comienza a levantarse, el impacto fue fuerte, por lo que le cuesta hacerlo.
- Ella
está en peligro si se queda acá- me dice alzando su cabeza.
- Conmigo
está a salvo- respondo comenzando a cabrearme más.
- No
estés tan confiado Malik- responde con una mirada retadora- Podrá estar seguro
contigo pero ¿qué hay de John?
Su
pregunta me deja con duda.
- En
algún momento tendrás que tomar una elección- continua- Solo te digo que cuando
tengas que hacerlo recuerdes tus palabras.
Observo
como desaparece de ahí, se va como la luz. Me ha dejado desconcertado pero, no
le tomo mucha importancia y, me dirijo a la habitación de Elizabeth.
Sigilosamente,
abro la puerta dándome el fabuloso lujo de no tocar antes. La encuentro echada
en su cama, dormida, en posición fetal. Se ve jodidamente angelical y, sexy a
la vez si es que es posible.
Me
acerco a ella y, tomo asiento en la cama, miro su rostro; automáticamente, una
de mis manos se dirige a este y, lo acaricia; es tan suave, tal liso, tan
perfecto. Ella se remueve incómoda y, soy consciente de cómo sus ojos comienzan
a abrirse pero, no me alejo.
Ella se
sienta rápidamente, mirándome. No puedo descifrar bien su expresión; quizá
desconcierto, sorpresa y esperen ¿miedo? Esto último me duele aunque no dejo
que esto me afecte, o al menos, no dejo que se note.
Le
sonrío intentando tranquilizarla, al parecer lo logro porque, esa mirada
abandona su hermoso rostro y, una pequeña y débil sonrisa toma lugar en sus
deseables y exquisitos labios.
Me
acerco a ella, ella no se aleja, pero, tampoco se mueve, permanece quieta en su
lugar, esperándome. La beso. Y ¡oh mierda
santa! Jodida textura más suave y apetitosa no había probado en mi vida; no
es la primera vez que la beso pero, se siente como si lo fuera. El beso dura
unos bien prolongados segundos y me separo delicadamente de ella.
- Te
amo- le digo.
Mensaje
secreto: Cambios llegan, inundas verdades, se pausan las tristezas; por ahora.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario