-Antes-
Ambos
La tengo, ella ha subido al auto. Mike me deberá reconocer que este ha sido de mis mejores trabajos, he capturado a la victima el mismo día que la he conocido.
Nunca me imaginé que esto sería tan rápido, pero es mejor
así, mejor antes que ganara confianza y se encariñara conmigo.
Va sentada al lado mío, su mirada va fija en la
carretera, es hermosa, malditamente hermosa.
Se remueve en el asiento del coche
y se hace ovillo.
Sonrío.
Volteo a la carretera para seguir el viaje a la casa de
los Malik. O bueno, la casa en dónde John y yo tenemos a las chicas. Hasta el
momento, en la casa está viviendo cinco chicas, más Elizabeth, seis. Pero
definitivamente, de todas ellas, la más hermosa es la chica que llevo en el
auto.
Malditamente preciosa y con un cuerpo espectacular. Es
vestido se le ha subido, dejando al descubierto sus bellas piernas, torneadas y
brillantes.
Se ha quedado profundamente dormida.
Y todo porque está borracha, sino, en este momento
estaríamos echando un buen polvo en el asiento trasero de este mismo coche.
El camino a la casa fue bastante molesto por una presión
creciente entre mis piernas, el cierre de mis pantalones aprieta y
molesta, estoy casi seguro de que esto dejará
marca, una grande y dolorosa marca.
Pero, joder!
Con tan solo verla estoy malditamente excitado.
Al llegar a casa, la bajé del coche con cuidado y la
cargué en mis brazos. El frío viento pagaba en mi rostro conforma caminaba, su
cabello se movía de un lado a otro ya que quedaba colgando de mis brazos.
La pequeña chica temblaba en mis brazos, hacía frío,
bastante esta noche. Era como si las copas de los arboles se deslizaran entre
tu cuerpo mientras el viento te tocaba de manera silenciosa, susurrándote al
oído, diciéndote cosas que jamás creíste volver a oír.
Seguí en pequeño camino de rocas que me llevaba hasta la
casa escondida entre los árboles, en ese gran y verde bosque.
Abrir la puerta de entrada me costó bastante trabajo,
debo admitir.
Entré, las luces de la estancia y del salón principal aún
estaban encendidas, seguro alguna de las chicas anda por aquí, cosa que no
deberían.
Subí la interminable línea de escaleras hacía las
habitaciones de nuestras “visitantes”, abrí la habitación asignada para ella,
terminada desde hace ya algunos días, la deposité levemente en la gran cama, la
cubrí con las ligeras sábanas y agregué un pequeño cobertor. La observé.
Se veía tan linda, tan pacifica y tan hermosa, ni yo
mismo entiendo que es lo que me sucede en estos momentos, es simplemente ella,
todo en ella lo que me hace sentir ese temblor de manos y esa profundidad en el
estómago cada vez que está cerca.
Quité mis zapatos, mi chaqueta junto a mi camisa y mis pantalones,
tal vez no tendría sexo con ella hoy, pero a menos tendré el placer de dormir
con ella, de compartir cama, mañana le avisaría a John que ella ya está aquí.
(…)
Desperté aturdida, con un punzante dolor de cabeza y un
terrible dolor de espalda. Di vuelta en la cama, aún sin abrir completamente
los ojos y me tensé al sentir otro cuerpo a mi lado, me aparté deprisa,
asustada, mientras abría mis ojos como platos.
Mis ojos tardaron bastante en adaptarse a la intensa luz
que se filtraba por un enorme ventanal, dirigí mi mirada al masculino cuerpo a
mi izquierda.
Zayn!
Era él y se veía completamente apetecible. ¿Qué estoy pensando? La resaca me está
afectando.
Miles de preguntas se comenzaron a formular en mi cabeza,
pero se desmoronaron al ver que aún tenía mi ropa puesta. Qué alivio!
Esas respuestas ya están más que claras, solo que ahora
tengo otras dudas circulando por mi cabeza.
¿Dónde
estoy?
Porque está claro que esta no es mi habitación.
¿Qué
hago aquí?
¿Qué
hago con Zayn en la cama?
¿Qué
pasó ayer?
Veo mis alrededores analizando la habitación en la que
ahora me encuentro, un color entre verde y azul llena las paredes por completo,
frente a mí, hay un televisor, un enorme televisor, un closet y para terminar,
las mesitas a los costados de la cama, las cuales tienen una lámpara cada una.
Es una habitación linda, espaciosa, bonita.
La cama se comienza a mover, Zayn está despertando; no
puedo evitar ponerme nerviosa. Volteo a verlo, tiene los ojos entrecerrados
mientras mira en techo, después dirige su mirada a mí y me da una amplia y
hermosa sonrisa, no puedo evitar regresársela.
Se levanta de la cama y comienza a colocarse su
ropa-antes en el suelo-de manera lenta, sin dejar de verme, hasta ese momento
me doy cuenta de que él estaba en bóxers, unos muy ajustados bóxers.
Tomo aire, le sonrío igual que antes.
-¿Dónde
estoy?- le pregunto.
-No importa dónde
estás, solo que no vas a salir de aquí por mucho tiempo-me contesta
mientras sale de la habitación y se lleva mi sonrisa consigo.
¿Qué
diablos está pasando?
(…)
No pude evitar sentirme mal, al ver como su hermosa
sonrisa dejaba su rostro dejando paso a un ceño completamente fruncido y una
cara de preocupación enorme.
Pero, ¿por qué me siento mal? Siempre soy yo el que secuestra
a las chicas, siempre soy yo el que las envuelve, siempre soy yo el que les da
la noticia, siempre soy yo el que les destroza el corazón.
Me dirigí directamente al despacho de John, no queriendo atrasar
más la situación.
Al entrar, como siempre, él tenía a una chica en sus
piernas y le acariciaba las piernas mientras la besaba, o más bien, mientras le
comí la boca.
-John-dije seriamente, no tenía por qué inmutarme, ya estaba
acostumbrado a escenas como estás todos los días, en cualquier lugar de la
casa, a cualquier hora.
John, se sobresaltó, dejó los labios de la chica, me miró
y le indico a la chica que saliera del despacho. Pero claro, como toda zorra,
la chica antes de salir me guiño el ojo y me lanzó un beso.
Puta!
-¿Que
te trae por aquí, Zayn?-me preguntó.
-La
chica está aquí-
La sonrisa de John era resplandeciente en su rostro,
estoy seguro de que yo debería estar así también pero sin saber muy bien porque
sentía un extraño remordimiento en el pecho.
-Bien hecho-dijo
él.
Asentí, me di media vuelta y salí de allí.
“Algún día saldré
de todo esto”-pensé.
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